El luto en las calles de Chicago: un legado de valentía y perseverancia
La noticia del fallecimiento de Miguel Pérez Jr., un veterano de combate estadounidense deportado a México, ha dejado una profunda huella en la comunidad latina de Chicago. Para muchos, él fue más que un hombre; era un símbolo de esperanza y resistencia en un sistema injusto.
Miguel luchó por su caso de deportación durante más de un año antes de ser expulsado en 2018. A pesar del dolor y la desesperación que le rodeaba, él nunca perdió la fe en el sistema. Sus compañeros veteranos inmigrantes, su familia y amigos se comprometieron a apoyarlo en cada paso del camino.
Su historia generó titulares a nivel nacional, que los defensores de los derechos de los inmigrantes utilizaron para presionar al gobernador JB Pritzker para que emitiera un indulto por su condena. Eso le abrió la puerta a una naturalización y su regreso a casa en 2019.
Miguel se convirtió en un narrador hábil, utilizando su voz para abogar por otros veteranos deportados. Su padre nos contó que él era joven cuando lo tuvo y que crecieron juntos, compartiendo el humor y la idioma para salvar la distancia. Sin embargo, las heridas de la guerra no eran físicas; Miguel buscó ayuda pero se encontró automedicándose con drogas, lo que llevó a una condena que lo hizo elegible para ser deportado.
La noticia de su fallecimiento ha dejado un vacío en el corazón de muchos. Su madre, Esperanza Montes Pérez, nos recordó que él nunca perdió la esperanza y que siempre encontró la forma de seguir luchando por su país. "Tu silencio, el callado dolor de no tener", recitó el padre de Miguel en un poema.
Miguel Pérez Jr., un hombre de valentía y perseverancia, dejará una profunda huella en la comunidad latina de Chicago. Su legado es un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, la fe y la determinación pueden superar cualquier obstáculo. Descansa en paz, Miguel.
La noticia del fallecimiento de Miguel Pérez Jr., un veterano de combate estadounidense deportado a México, ha dejado una profunda huella en la comunidad latina de Chicago. Para muchos, él fue más que un hombre; era un símbolo de esperanza y resistencia en un sistema injusto.
Miguel luchó por su caso de deportación durante más de un año antes de ser expulsado en 2018. A pesar del dolor y la desesperación que le rodeaba, él nunca perdió la fe en el sistema. Sus compañeros veteranos inmigrantes, su familia y amigos se comprometieron a apoyarlo en cada paso del camino.
Su historia generó titulares a nivel nacional, que los defensores de los derechos de los inmigrantes utilizaron para presionar al gobernador JB Pritzker para que emitiera un indulto por su condena. Eso le abrió la puerta a una naturalización y su regreso a casa en 2019.
Miguel se convirtió en un narrador hábil, utilizando su voz para abogar por otros veteranos deportados. Su padre nos contó que él era joven cuando lo tuvo y que crecieron juntos, compartiendo el humor y la idioma para salvar la distancia. Sin embargo, las heridas de la guerra no eran físicas; Miguel buscó ayuda pero se encontró automedicándose con drogas, lo que llevó a una condena que lo hizo elegible para ser deportado.
La noticia de su fallecimiento ha dejado un vacío en el corazón de muchos. Su madre, Esperanza Montes Pérez, nos recordó que él nunca perdió la esperanza y que siempre encontró la forma de seguir luchando por su país. "Tu silencio, el callado dolor de no tener", recitó el padre de Miguel en un poema.
Miguel Pérez Jr., un hombre de valentía y perseverancia, dejará una profunda huella en la comunidad latina de Chicago. Su legado es un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, la fe y la determinación pueden superar cualquier obstáculo. Descansa en paz, Miguel.